Constelación de comunidades
Un domingo en Londres, construir confianza y las conexiones poderosas
Este es el post 2 de 3 de la serie "¿Cuándo me volví emprendedor?" Puedes leer la primera parte acá:
Siempre supe que crear una cadena de hoteles bajo el concepto de coliving supone dos negocios en uno. Por un lado, el clásico de hospitalidad (y real estate), donde hay que ofrecer tarifas competitivas, limpiar sábanas, preparar comida y atender huéspedes. Por el otro, es un negocio de comunidad. Es un negocio que requiere que las personas lleguen por lo de siempre, como ubicación, precio o amenidades, pero que se queden y nos recomienden cuando descubran que en ese lugar vive una tribu que piensa como ellos.
Ese momento mágico, que observé en varios modelos exitosos en Europa, cuando la gente quiere mudarse a vivir ahí e invitar a sus amigos y familiares a experimentar algo que es difícil explicar: vivir en comunidad.
Suena vago describirlo, pero yo lo vi de primera mano. Es real. Es diferente. Y no lo entiendes hasta que lo experimentas.
Mi esposa y yo hicimos un viaje de 11 días para hospedarnos en 10 lugares diferentes con algún concepto de comunidad, además de asistir al evento anual que reúne a la industria del coliving global. Vivimos grandes experiencias de comunidad en estos lugares, pero fue en el coliving más grande que he visitado, en Londres, donde la comunidad me mostró su verdadero poder.
En todas las áreas del hotel que visitamos - y las visitamos todas - algún residente se nos acercó para ayudarnos o presentarse. Vimos a grandes amigos y vecinos conviviendo en la alberca, cocinando juntos en las cocinas comunales o siguiendo una rutina de yoga en el salón multiusos.
Todas las áreas estaban activadas.
Y, siendo domingo, no había ni un solo empleado o programación de eventos para ese día.
El único incentivo era la conexión.
No pude dormir de la emoción
El hallazgo fue poderosísimo para mí. Me di cuenta de lo que significa crear conexiones profundas y vulnerables entre personas. Yo lo sé de primera mano. Difícilmente puedo nombrar 3 cosas que valoro más que el puñado de relaciones cercanas que tengo.
Ver cómo puede alguien integrar esto a sus modelos de negocio hizo que lo llevara a un siguiente nivel. Porque, para mí, la institución de bienestar social más efectiva, sostenible y de amplio alcance con la que contamos los humanos es la empresa. Y pensar que crear comunidad no es solo una posibilidad de los individuos sino también de las empresas me abrió los ojos.
Empecé a pensar ¿cuál es el límite de las comunidades?
¿Se puede aplicar un modelo de comunidad a una cadena de gimnasios? ¿A un grupo de desarrollo personal? ¿Qué tal a una marca de zapatos? ¿A un grupo restaurantero?
Mi instinto me dice que sí a todo. Que la dinámica de interacción entre las personas ya cambió. Back to basics, pero distinto.
Estamos exhaustos de interactuar en las redes sociales. Cada vez más perdemos confianza en las marcas y los influencers que quieren usar a sus audiencias para tratar de vendernos cosas que no son relevantes para mí.
En su lugar, cada vez más volteamos a las personas que tenemos cerca, a nuestras comunidades, para pedir ayuda y recomendaciones. "¿Qué tenis usar en un medio maratón?" ya no es tanto una búsqueda en Google como una pregunta que hacemos a nuestro grupo de corredores los martes en la mañana.
La diferencia es que no regresaremos a tener esa única comunidad que teníamos las personas hace un siglo, en la que teníamos que resolverlo todo. Ahora estamos migrando a la época de constelaciones de comunidades, donde cada uno de nosotros participa en un número de comunidades hiper-locales y organizadas por interés.
Yo mismo soy un ejemplo de esto: tengo mi comunidad para aprender a tener riqueza en todos los ámbitos de mi vida, mi comunidad para trabajar mi sombra, mi comunidad para trabajar mi masculinidad, mi comunidad para hacer ejercicio, suplementarme y alimentarme como atleta, mi comunidad de profesionales de comunidad, y la lista sigue.
Cada una sirve un propósito específico, que yo conozco por adelantado. Cada comunidad tiene el tamaño y la cercanía correctos para que mi involucramiento importe: yo aporto y ellos me aportan.
Es una conversación, no un scrolleo interminable
Mi visión del futuro es que todos desarrollaremos estas constelaciones de comunidades, y que estas reemplazarán en gran medida la función que hoy tienen las redes sociales, los buscadores e, incluso, la IA como fuentes de confianza.
Las marcas entenderán esto y dejarán de perseguir likes y seguidores masivos, para cambiarlo por campañas de activación de comunidades, donde grupos pequeños, hiper-locales, pero con una coincidencia brutal en ideología, serán el target con altísimos niveles de conversión y de recomendación.
Son los miembros de estas comunidades los que buscarán y activarán a otras personas con una alta coincidencia ideológica con la marca. Lo harán porque, a diferencia de las audiencias sin cara de las redes sociales, en una comunidad los miembros están invertidos emocionalmente en el éxito de ésta. Y compartir recomendaciones a personas con el mismo mindset es una forma de contribuir al éxito de esa comunidad.
El cambio ya empezó. Las señales están por todas partes.
Si no lo saben, pregunten en sus empresas cuánto cuesta el costo por click hoy en comparación con hace 5 años. Y cuánto están proyectando para los siguientes 5. Los usuarios estamos cada vez más "vacunados" contra la publicidad en línea; cuesta cada vez más construir confianza.
Por otro lado, las constelaciones de comunidades están tomando forma. Véanlo ustedes mismos. Pregunten a su familia. ¿A cuántos grupos pertenecen hoy comparado con hace 5 años? ¿Qué tipo de información buscan ahí que antes buscaban en línea? Y, más importante, ¿qué están aportando ustedes a estos grupos que antes no hacían?
La visión estaba clara. Era hora de construir.
(Continúa en la parte 3 de 3: "Mi apuesta por nuestra humanidad")
Muy interesante, en la zona de mi oficina, por las mañanas veo comunidades de ciclistas, corredores,......que hace 5 años no había.
Muy buen tema Santi. En mi experiencia la comunidad es el paso subsecuente al hacerte responsable de ti y queriendo compartir lo que eres. Esto provoca una espiral positiva de autoconocimiento (lo que puedo dar) y aprendizaje (lo que recibo).