Transformando Creencias

La magia del mundo exterior es un reflejo de nuestro mundo interior

2024 fue un año de expansión para mí. Gracias a mi familia, mentores, co-founder, amigos y mis diferentes tribus, pude transformar algunas de mis creencias más arraigadas en algo más grande, que puedo poner al servicio de los demás y que mejora considerablemente mi propia vida. El resultado ha sido sorprendente. Hace un año no esperaba la magnitud de la expansión que supondría el 2024, por lo que hoy más que nunca tengo esperanza y optimismo en el futuro.

No es justo pensar que la transformación inició el 1 de enero y que todo el crédito le corresponde a este año que termina. Para hacer una evaluación más apegada a la realidad, hay que ver lo sucedido este año como el estado más integral, la última versión digamos, de una serie de prácticas, personas y reflexiones que he incorporado a mi vida, muchos en los últimos dos años, aunque algunos desde hace más de una década. En otras palabras, es el resultado más reciente del interés compuesto aplicado a todas las facetas de mi vida.

La creencia “no me gusta hacer ejercicio” este año se transformó en un medio maratón completado y un PR debajo de 50 minutos en los 10K; en 15 kg menos de peso y un total de 9% de grasa corporal, viendo mejoras sustanciales en el peso que cargo, mi flexibilidad y agilidad.

Estar convencido que “llegar sano a las siguientes etapas de mi vida no es mi responsabilidad” cambió al total reconocimiento de que “mi salud futura depende de mis acciones presentes”, lo que detonó buscar coaching con los mejores en el tema, hacer métricas periódicas de mi estado de salud, además de suplementación y alimentación intencionales. Esto ha resultado en biomarcadores en excelente estado y poder dejar de tomar pastillas para el colesterol y el ácido úrico elevados por primera vez en 10 años.

“Siempre estoy ocupado y no tengo energía para hacer lo que me gusta” era de mis mantras favoritos porque me hacía sentir importante y necesitado. La creencia ahora es “elijo pasar tiempo en las cosas y con las personas que me importan” y ha venido acompañada de una práctica de meditación, retomar la lectura y el francés, además de hacerme espacios que antes consideraba impensables entre semana para mis sesiones de ReMind (mastermind), terapia, cursos y otras actividades que me entusiasman e ilusionan.

Cambiar la creencia “me caga mi trabajo” fue particularmente compleja y dolorosa porque me obligó a hacerme responsable de esa situación, a la vez que me enfrentó con la falta de propósito en mi vida profesional. Definir ese propósito y los mecanismos para hacerlo realidad me ha dado la valentía que necesitaba para buscar un camino en el emprendimiento, lo que solo ha traído gente y cosas buenas a mi vida.

Dejé atrás la creencia de “soy el alma de la fiesta” para cambiar mi relación con el alcohol, disminuyendo dramáticamente mi dependencia - habiendo tomado en todo el año menos que en cualquier mes de 2022 - consciente de con quién y dónde decidí tomar.

Por último, “una persona no puede hacer un cambio” era mi pretexto favorito para no voltear a mi alrededor y regresar algo de las bendiciones que he gozado en mi vida. “Cada uno tiene el poder de cambiar la vida de otra persona” me permite hoy entender que mejorar la vida de una sola persona es razón suficiente para hacer mi mejor esfuerzo sirviendo a los demás.

Creo que tomar una foto y reconocer el camino recorrido me da un sentido de logro y satisfacción, al tiempo que pone de manifiesto lo mucho que aún falta por transformar y expandir. Creo también que la magia del mundo exterior es un reflejo directo de lo que pasa en mi mundo interior. Igualmente, creo que el futuro tiene muchas cosas buenas que poner en mi camino, siempre y cuando esté listo para recibirlas.

Deseo que este año haya también sido extraordinario para ti. Deseo que hoy y siempre encuentres lo que tu corazón está buscando.

Y gracias a todas las personas que, sabiéndolo o no, han sido maestros, inspiración o conspiradores en este camino de transformación.