“Es fácil unir los puntos viendo hacia atrás” es una de las frases que más se me han quedado marcadas, parafraseando un discurso de graduación dado por Steve Jobs que a mi papá le gustaba poner en el novedoso YouTube cuando yo era adolescente. En mi caso, sin duda he experimentado este fenómeno de hindsight - un proceso normal, como me lo había adelantado Steve Jobs hace tiempo. Lo que no anticipé fue la enorme distancia que podría haber entre los puntos más recientes y los más antigüos.
Hoy cumplo un año de haber ido a Wealth Mastery, un invento producto de la enorme vocación de servicio de mi querido
que, en un juego de expectativas vs realidad que es difícil exagerar, transformó mi vida. Fui esperando aprender de finanzas pero aprendí de la complejidad de la vida. Esperaba poder aterrizar asesoría de inversiones en acciones concretas, pero lo que obtuve fueron abstracciones reveladoras de mi relación con el dinero desde el amor y el miedo. Esperaba pasar un fin de semana relajado con Hilda, mi esposa, en Valle de Bravo pero, más allá de la agenda intensa, tuve interacciones que tambalearon mi identidad y me llevaron a hacerme preguntas que no me había hecho nunca, fortaleciendo mi relación de pareja. Experimenté respiraciones, hielos, ejercicio y meditaciones que me abrieron mundos que había ignorado por completo por años: mi salud física, mi salud mental y mi espiritualidad.El fin de semana de Wealth Mastery fue inesperadamente intenso, provocativo, reflexivo y profundo. Pero la experiencia no acabó cuando regresé a casa. La transformación había comenzado.
Varias veces me he preguntado cuál fue el ingrediente más importante en todo esto. ¿Cómo pudo un solo fin de semana tener un impacto tan importante en mi forma de ver el mundo? La Tribu. Mis queridos
, , , JP Álvarez y Pablo Sánchez me mostraron a un grupo de gente donde cada uno reunía tres características que yo no había visto juntas en una sola persona: 1) Plenos, 2) Agradecidos y 3) Exitosos. En mi cosmovisión, estas eran 3 características mutuamente excluyentes. Podías ser una persona plena, que tiene relaciones familiares y personales profundas, sano física, mental y espiritualmente (en mi cabeza, un hippie). Podías vivir muy agradecido, pero esto estaba reservado para los muy ricos. O podías ser una persona “exitosa”, con ingresos o activos suficientes para sentir cierta seguridad financiera (que yo incorrectamente asociaba en ese momento al estereotipo del tipo ocupado, ostentoso y mamón). Pero no podías ser las tres cosas. Lo más impactante para mí fue que gran parte de la Tribu, ese grupo de desconocidos que asistió al retiro con nosotros, ¡también cumplían con estas 3 características!Esta realización hizo pedazos mi entendimiento de la realidad en los meses que siguieron. Me permitió conocer a personas que eran capaces de hacerlo todo, abriéndome un mundo entero de posibilidades. Entendí que no tengo que seguir el camino del corporativismo tóxico y devastador para las personas y el planeta. Vi con claridad que puedo ser vulnerable, humilde y humano, y que serlo me haría ser más pleno y exitoso. El tiempo y la energía que dedico a cuidar mi alimentación y sueño, a prepararme para una competencia deportiva, a meditar dos veces por día, a mis sesiones de terapia, a mi tiempo de lectura y de escritura, y especialmente a pasar tiempo de ocio con mi familia y amigos, no solo no es una pérdida de tiempo, sino que es la riqueza de la vida. La Riqueza 360.
En estos meses, me he atrevido a probar terapias nuevas y medicinas sagradas, a tener conversaciones incómodas y a conectar con gente radicalmente diferente al “yo de siempre”. Y esto solo ha traído más cosas buenas, más experiencias transformadoras y un gran número de maestras y maestros de los que aprendo todos los días.
Mi identidad cambió. Mis prioridades se reacomodaron. Me he vuelto una persona más consciente, que busca estar presente, fomentando relaciones profundas entre las personas como un antídoto para la soledad y la polarización de nuestra sociedad, al tiempo que busco ser un habilitador para que otras personas en proceso de transformación encuentren un aliado en los momentos de flaqueza. En otras palabras, me he vuelto una persona que tiene una misión: estar al servicio de los demás.
Aún queda mucho por aprender y desaprender. Mucho que transformar. Pero un aniversario es siempre una buena oportunidad para hacer un alto, voltear para atrás y unir puntos, reconociendo la enorme distancia recorrida.
Gracias, gracias, gracias a Javier, porque con su vocación de servicio está cambiando vidas de formas que ni él se imagina. Gracias a todos los grandes amigos y maestros de la Wealth Tribe (aquí pueden leer a algunos de ellos:
, , , , ). Gracias a Marce y el diligente equipo de Wealth Mastery. Y gracias a ti por leer estas palabras. Deseo de todo corazón que la vida te tenga guardado, al menos, un proceso de transformación tan gratificante como el que estoy experimentando.
Qué belleza, querido Santiago, me hiciste viajar en el tiempo y volver a sentir aquellas emociones de las que escribes. Gracias por plasmarlas y que siga el camino del crecimiento. Abrazo
Gracias por tus palabras querido Santi! Gracias por tu valentía y por atreverte a vivir la vida bajo tus propios términos! Transformas al mundo al transformarte a ti mismo. Eres una gran inspiración.